19.12.13

"Me monto algo en Tailandia"




Después de "La mía es diferente", la frase más oída entre los que dicen y creen tener ya cierta experiencia en Tailandia es: "Voy a montar algo". En el foro de lo españoles en Tailandia, Rumbo Tailandia, llevamos ya unos años recibiendo mensajes de este tipo, con ligeras variaciones unos de otros pero que se resumen en la consabida frase.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="El sueño español: el chiringuito"]El chiringuito español[/caption]

Generalmente se trata de jóvenes que acaban de pasar las mejores vacaciones de su vida en un lugar de ensueño, y por lo general, también han encontrado el amor. Por supuesto, no tienen ni idea de negocios, y como buen español que no tiene ni idea de nada, pues opta por montar un bar formando el binomio de fama internacional español/bar. Los más jóvenes ya se ven en su chiringuito de la playa con tejado de paja y rodeado de bellas jóvenes en bikini. El más viejo piensa más en un restaurante que le dé cierto prestigio en la zona. Recordemos que uno es reponedor de Carrefour y el otro mecánico de Norauto, pero eso no importa porque han decidido que "van a montar algo en Tailandia".



En muchas ocasiones, el visionario tiene ya un proyecto revolucionario que a nadie se le había ocurrido antes, es decir que ninguno de los 21 millones de turistas que vinieron en 2013 pensó en ello antes. Por lo general no son proyectos nada innovadores, simplemente no están en la playa donde el protoempresario toma el sol con su "nong" (dícese de novieta tailandesa a tiempo parcial o completo que colabora en los gastos del compañero).

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Fiesta y mujeres en Tailandia: fracaso garantizado"]Trabajar en Tailandia montar un negocio tailandia rumbo tailandia destino[/caption]

No destacan por la ambición. En sus discursos intetan minimizarlo todo cómo si eso hiciera el proyecto más complicado. "Algo sencillo", "No es para hacerme rico, es para ir tirando que en España está todo muy mal", "Un carrito desmontable", "Un sitio pequeño con un par de mesas", etc. Nadie dice: "Voy a ir a montar algo que lo voy a petar y la peña va a alucinar en colores" NO. Son siempre cositas humildes. PERO LOS THAIS NO QUIEREN QUE SEAMOS HUMILDES, QUIEREN GENTE CON MUCHA PASTA. Ya lo he dicho muchas veces y no me cansaré de repetirlo, en Tailandia hay dos cosas que no les gustan: la gente sin pasta, y peor, la gente que viene a sacar pasta en su país. Una actitud encomiable que deberíamos haber aplicado en Europa hace unos lustros.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="El único pasaporte tailandés al éxito"]montar algo en Tailandia trabajar en tailandia rumbo tailandia destino thai baht[/caption]

Vamos a ir a lo práctico. ¿Por qué se dan de morros el 99% de los que quieren "montar algo" en Tailandia? Básicamente porque no son gente de negocios, ni en Tailandia ni en Torrelodones. En segundo lugar porque buscan asesoramiento entre gente interesada que ve en el proyecto un buena salida a sus quebrantos económicos.
Aconsejo vivamente huir de los "expertos en Tailandia" que se saben todos los trucos para burlar la Ley. Le explicarán al incauto que tras la constitución de la empresa se hace firmar a los socios de paja una renuncia expresa a sus derechos en favor tuyo. Eso se llama fraude de Ley. Puede renunciar a lo que quieras, pero la Ley te seguirá exigiendo que el 51% de la empresa esté a nombre de un tailandés. Y de algo puede estar seguro el lector, que ningún juez le va a dar la razón a un extranjero querellado con un tailandés.



Vayamos a los impedimentos más inmediatos:
- Cualquier empresa que se constituya en el país tiene que contar con un socio tailandés que sea propietario del 51% . Es decir, si pones 40.000 euros para la constitución de la SL, en el momento de la firma, ya sólo te quedan 18.000 porque acabas de darle 22.000 a un tailandés.
- Hay una lista muy extensa de trabajos que un extranjero no puede llevar a cabo legalmente de la que hablamos en el post referido a la posibilidad de encontrar trabajo en Tailandia.
- Por supuesto, el único idioma que se usa en la vida común es el tailandés. En caso de mucha suerte, algún empleado puede medio entender inglés, pero no inglés con acento extremeño.
- Según el tipo de establecimiento, hay unos impuestos no descritos por la Ley que se pagan cada mes en sobre cerrado y que se recogen a domicilio.

 

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Así funciona todo en Tailandia"]Dinero bajo mesa trabajar tailandia montar negocio tailandia rumbo tailandia destino[/caption]

Hace un par de años, cuando vivía en el soi 10 de Ratchadaphisek fui testigo de varios naufragios que vi venir ya desde lejos y que anuncié a mi entonces pareja para que hubiera testigos de mis dotes de "adivinación" en lo que respecta a los farangs en Tailandia.



Todos los casos tienen un denominador común: "LA NONG" (novia tailandesa que va a colocar a toda SU familia en TU negocio). Recuerdo a un joven que dejó todos lo ahorros de su vida en un local que hacía esquina, muy bien situado en el soi. Se equipó de la mejor maquinaria, los mejores productos y la mejor voluntad. Vendía pizzas, pasta, desayunos varios, helados de yoghourt, y lo mejor de todo es que habría las 24 horas del día. Estuvo 48 horas abierto. Intenté averiguar los motivos del repentino cierre, en vano. Respuestas vagas era lo único que obtenía del poco personal que quedaba malvendiendo las existencias. No creo que tuvieran nada que ver los 7/11 y Family Mart de la zona que también abren 24 horas o el restaurante de enfrente que tiene abierto casi las 24 horas, sería muy mal pensado.
En el segundo caso, se trata de una parejita mixta muy mona que se hizo cargo a medias (tú pones la pasta y yo pongo el nombre) de una cosa que sale como resultado de la frase "voy a montar algo". Esa cosa que ni es bar ni es restaurante sino todo lo contrario tuvo la vida que le vaticiné: 2 meses, el tiempo de que se acaben los ahorros. Estaban en mi mismo edificio y cada día los veía llenos de amor pero sin un cliente. Chaparrón, palmaron todos los ahorros (de él) y a otra cosa.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="No acabes así, cuida tus ahorros en Tailandia"]Perro calle Bangkok montar negocio Tailandia rumbo tailandia destino[/caption]

También tenemos los casos de los grandes expertos (expertos en su pueblo) que lo van a petar porque llevan toda la vida en hostelería, pero que no hablan dos palabras de inglés y ni se les ocurre remotamente aprender tres palabras de thai, pero van a petar, van a arrasar. Cada vez que oyes hablar de ellos, están a punto de abrir "esa cosa".



No quiero con mis palabras desanimar a nadie, pero no hay que engañarse. La pólvora se inventó hace tiempo y no va a llegar ahora un español a enseñarles cómo se lleva un bar. Si la intención no es más que pasar el tiempo y se tienen ahorros o ingresos suplementarios suficientes para ir campeando el temporal para tener un lugar donde tomarse unas cervezas con los amigos y poder decir en España: "Tengo negocios en Tailandia", pues adelante. Si es para huir de la crisis que ha azotado Europa estos años, pues mejor que no, porque aquí, cuando te quedas sin nada, significa SIN NADA de verdad, ni asistencia social, ni Cáritas, ni asistencia médica gratuita, ni asistencia para la repatriación.



Haciendo un breve resumen bastante esclarecedor, se podría decir que: si te va mal, les da igual, si te va regular, te miran pero se callan, y si te va bien, te crujen hasta que sueltas la presa y se la cedes a ellos. Habrá algún listo que me dirá: “A mí no”. Muy bien, enhorabuena, pero hablo en general. Desde el pobre que se creyó que cogiendo el traspaso de un “bierbar” en Pattaya iba a ser el rey de la noche hasta los grandes como Pepsi que menciono más abajo.
¿Que en “Españoles por el Mundo” sale gente que les ha ido muy bien? Pues estupendo, pero ninguno era mecánico ni reponedor ni empezò con 10.000 euros como bagaje para la aventura. Y también me gustaría que se hiciera un seguimiento pasados un par de años, a ver dónde por dónde andan, al margen de que es obvio que no van a hacer un programa sobre gente que se ha dado el castañazo, aunque estaría bien “Castañazos hispanos por el Mundo”, y que nos contara la peña en qué se han equivocado, resultaría muy instructivo.

[caption id="" align="aligncenter" width="500" caption="La imagen que transmite "Españoles por el Mundo""]Chirnguito en la playa Pattaya Phuket islas tailandia trabajar tailandia negocio tailandia rumbo destino[/caption]

No vamos a decir que es imposible ganar dinero en Tailandia, sería absurdo. Uno de los terrenos bastante bien abonados hasta el momento y en el que no han puesto cortapisas para que los extranjeros participemos es el sector inmobiliario. Pero cuidado, sólo hablamos de pisos, no de construcciones que cuenten con una planta baja que es territorio tailandés. Obviamente, para hacer empezar a funcionar un negocio de estas características, aconsejo un capital mínimo de 500.000 euros, por lo que el reponedor y el mecánico vuelven a quedarse fuera de la fase clasificatoria de candidatos a trabajar y vivir en Tailandia.




En Tailandia también se atreven con los grandes.
Carrefour dejó las llaves debajo de la puerta hace un par de años. Sanyo plegó velas tras las inundaciones de 2011 y dijo “Ahí os quedáis”.
Lo de Pepsi y Pizza Hut ha sido algo más amargo por la forma de actuar de sus socios tailandeses. La primera compañía estuvo trabajando durante 40 años con unos fabricantes tailandeses. Hace un par de años, rescindieron el contrato, pero se quedaron con el “savoir faire” de los americanos. Se inventaron un producto nuevo “EST Cola” con los mismo colores en el logo, y aprovechando las mismas fábricas y toda la infraestructura logística acapararon el mercado de la noche a la mañana, relegando a la marca Pepsi a un lugar testimonial que ha ido intentando recuperar en estos meses. El nacionalismo exacerbado de los tailandeses les lleva a consumir marcas locales, bien por ellos y el país. Aunque quede en tela de juicio su ética de cara a las empresas extranjeras. Algo similar sucedió con Pizza Hut. La parte tailandesa y la norteamericana no llegaron a un acuerdo en la renovación de acuerdos, y los tailandeses se sacaron de la manga “The Pizza Company”. Todos los locales franquiciados, que eran la inmensa mayoría, cambiaron de denominación, y la firma americana tuvo que conformarse que los locales que poseía en gestión directa, dando un enfoque distinto al negocio ya que no podían competir con sus antiguos socios al disponer éstos de una red más amplia de distribución. Dejaron de ser unos repartidores de pizzas para convertirse en restaurantes más convencionales.
A la operadora de telefonía móvil DTAC, propiedad de Telenor (compañía noruega) también intentaron hacerle la cama el año pasado acusándolos de poseer más del 49% que les corresponde por Ley. El tema sigue en los juzgados donde quieren demostrar que no es así.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Tailandia en venta"]Montar negocio tailandia rumbo tailandia destino[/caption]

Pero la tradición de darle la espalda y luego la puñalada al que te ha enseñado todo viene de antaño. La compañía aérea de bandera THAI Airways International fue fundada por la compañía escandinava SAS que le dio apoyo en todos los campos para su proyección internacional aportando capital humano y recursos de los que carecía el país. Con el tiempo, se fueron deshaciendo de todos los extranjeros que trabajaban en la compañía, y en 1987 el gobierno de la nación compró el 15% que faltaba para que la compañía fuera totalmente tailandesa, momento que coincide con el comienzo del declive.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="A la aventura, pero mejor como Tintín"]Tintin en Tailandia[/caption]

Amigos de la aventura, si os sobran unos ahorrillos, venid a pasar un rato divertido montando algo en Tailandia, pero si sólo tenéis el finiquito de la empresa y una mano delante y otra detrás, yo me quedaría en España.


11.12.13

Un día en comisaría 6

    Me encanta la magia. Más en concreto, y para entendernos bien, la prestidigitación. La magia se usa en muchos sectores, y en algunos casos se utiliza con pérfidos fines. En dichos casos es cuando pasamos del entretenimiento al delito. Muchos artistas no tienen escrúpulos en utilizar sus aprendizajes en la dirección errónea. Lo que debía ser un divertimento se convierte en pesadilla para las víctimas.   [caption id="" align="aligncenter" width="475" caption="Nosotros vamos de gorra"][/caption] Recuerdo que la mañana en que se abrió el Siam Paragon, cuando todavía estaba vacío. Me fui a dar una vuelta, y estando en la planta del subsuelo, se me acercaron una pareja de hindues. “¡Mi amigo tiene poderes!” Me dijo uno. Me los quedo mirando, y pienso: “Yo también, pero todavía no los habéis visto”. Dado que no tenía nada que hacer en ese momento, me decidí a seguirles la corriente. Sin lugar a duda se habían fijado en mí por ir camuflado de turista. Nos sentamos en una mesa, y comenzó el barbado a hacer un truco de feria de pueblo. Le seguía el juego con la ingenuidad propia del uniforme propia de turista que portaba, dos palabras en thai, y el juego se iba al traste. Quería saber hasta dónde iba a llegar su impostura. “Escribe en este papelito un número” me dice el gurú. En una servilleta barata de la “food court” escribo cuatro garabatos. El hombre se concentra, parece un actor de instituto sacando fondos para el viaje de fin de curso. Acierta. Cosa que no me sorprende cuando Jandro del Hormiguero hace lo mismo y con mucha más gracia. Pero llegamos al punto crítico. “Ya ves que tiene poderes”me dice su asistente. Pongo cara de asombro y asiento con la cabeza, eso sí, esbozando una sonrisa. “Y ahora …”, les digo. “Voy a adivinar el nombre de tu madre, pero hay que contribuir un poco.” me espetan sin rubor. Mi paciencia llega a un límite y mi tiempo también. “¿Sabes qué? ¡Eres un mago, pero de los malos, malos malísimos.” Les decía a los dos estafadores mientras me levantaba y marchaba echando carcajadas mientras observaba sus caras de bobos engañados.   [caption id="" align="alignnone" width="475" caption="¡Fiiiiirmés!"][/caption]   Lo malo, es que mucha gente cae en estos hábiles engaños, gente (la más valiente) que viene a denunciar lo sucedido. El suceso que me ocurrió hace unos años, es un clásico que se puede encontrar incluso en la prensa. Un patrón idéntico para nuevas víctimas. Claro que si sigue funcionando el timo de la estampita, por qué no iba a funcionar el del adivino hindú al que se le supone una sabiduría procedente del lejano Oriente.   Febrero. Un padre y un hijo hindúes vienen a denunciar que les han robado 400 dólares con un truco de magia. Así, de sopetón, me parece no entender muy bien el asunto. Siguiendo el procedimiento, les solicitó la documentación mientras les invitó a tomar asiento. Uno ya tiene olfato para detectar los casos que se van a prolongar. El joven parece hablar mejor inglés, por lo que optó por interrogarle a él en lugar del padre, que parece más alelado. “Vamos a empezar por el principio” le digo. “Pues esta tarde, volvimos al hotel después de hacer unas compras. Dejé a mi padre en el lobby del hotel y allí, una pareja le quitó 400 dólares” me explica resumiendo excesivamente. Entiendo que muchas víctimas, tras el trauma, y ante la obviedad de lo acaecido, dejan por supuestos muchos puntos que se nos escapan. Me dirijo al padre, como víctima directa, con el objetivo de que me aclare un poco más el asunto que estamos llevando entre manos. “Estaba yo sentado en un sofá del lobby y se me acercó una pareja muy amablemente. El hombre me preguntó de qué país procedía y le respondí que de India”. [caption id="" align="alignnone" width="475" caption="Siga las indicaciones para verme"][/caption]   Hasta allí parece que no había nada extraño que pudiera hacer sospechar que se estuviera urdiendo un delito. El anciano prosigue: “A continuación, me pregunta acerca de la moneda que se utiliza en mi país, la rupia, y me solicita que le muestre un billete. Cojo la cartera, la abro y saco un billete, lo observa mostrando interés y a la vez me vuelve a solicitar si no tengo otro de mayor denominación. Acerca su mano para tomar el billete, lo mira, me agradece mi amabilidad, y se marchan los dos, él de aspecto árabe y ella occidental. Me guardo la cartera. Subo a la habitación de mi hijo. Le cuento lo sucedido. Miramos la cartera y han desaparecido 400 dólares”. Le acababan de birlar 400 pavos en su cara y sin pestañear. Lo malo es que no se trata de un “show” organizado por el hotel, es magia aplicada a la delincuencia. Obviamente, no se puede ser bueno. Más vale caer mal que no que te sableen. Seguimos los procedimientos habituales de búsqueda de imágenes en las cámaras CCTV (Circuito cerrado de televisión), pero los resultados suelen ser los habituales, o sea, nulos, para que nos vamos a engañar. [caption id="" align="alignnone" width="475" caption="Puerta al infierno"][/caption]   Soy escéptico por naturaleza. En muchas ocasiones, en cualquier tertulia, me cuentan historias que, por educación, escucho asintiendo. La mayoría me parecen simples historias “interneteras”, que son divertidas para pasar una noche frente a un buen whisky, pero no tiene ningún viso de verosimilitud. Cuando el protagonista te lo cuenta en directo, y desaparece el factor internet y el boca a oreja que siempre lo distorsiona todo, la cosa cambia y la sorpresa es mayor. Veamos un caso. [caption id="" align="alignnone" width="475" caption="Su seguro servidor"][/caption]   En enero, una pareja omaní viene a denunciar la pérdida de 600 dólares USA. Estando de compras por el BIG C (hipermercado) de Ratchadamri se encontraron con un hombre turco. Tras conversar un rato, el turco le tocó la mano a la víctima, y ésta se sintió mareada. A continuación, el otomano se marchó tranquilamente, sólo que ya era 600 dólares más rico. No entiendo por qué no instalan una comisaría en el propio BIG C, porque un porcentaje importante de delitos se cometen en dicho centro comercial. [caption id="" align="aligncenter" width="216" caption="¿Problemas? Éste es el número"][/caption] ¿Qué cara pones cuando te cuentan eso? Parece que te están tomando el pelo. Pero por otra parte están buscando ayuda. Sentimientos encontrados, sin duda, son los que uno percibe. El problema radica en que mucha gente tiene el pensamiento de que acudiendo a las fuerzas del orden, su problema puede ser solucionado o paliado. En ciertas ocasiones, y en unos países más que en otros, esto puede ser posible, pero me temo que no es el caso de Tailandia.   [caption id="" align="aligncenter" width="475" caption="¡Gracias por el premio!"][/caption] A finales del mismo mes, aparece por comisaría una familia hindú, eran tropecientos, aún hago memoria y no recuerdo cuántos eran. Junto a ellos un taxista tailandés que habla a gritos por teléfono. Ha roto la paz que suele reinar en las dependencias un domingo por la tarde, ese momento en que cada uno está con sus cosas, los oficiales frente a su ordenador subiendo niveles en el “Angry Birds” o viendo las últimas gracias que la censura tailandesa deja ver en Youtube. Los hijos de Visnú juran y perjuran que al pagar la carrera del taxi, le hicieron entrega al conductor de un billete de mil bahts. Al no tener cambio, se ofreció para ir a buscar cambio, a la vuelta les dio el cambio de 500 bahts. Por arte de birlibirloque el billete de 1000 había transmutado en uno de 500. Unos que sí y los otros que no. El oficial al mando en ese momento toma cartas en el asunto. Charla con su compatriota mientras yo sigo con los hindúes escuchando su relato una y otra vez; es una parte fundamental de la atención a víctimas, escuchar y escuchar y volver a escuchar porque te repiten lo mismo hasta la saciedad. El policía toma la decisión de registrar el vehículo. Con una lamparita de leds echa un vistazo, por cumplir con el expediente, porque la verdad es que el escrutinio no era muy concienzudo. Conclusión: en el coche no hay billete de 1000. Se registra al taxista. Tampoco lleva nada destacable en sus bolsillos. La indignación de la familia “curry” aumenta por momentos. Se requiera al taxista que se descalce, para sorpresa de todos, el hombre no tiene pie derecho, pegamos todos un bote para atrás. ¡Joder, un tío sin pie nos ha llevado en coche por toda la ciudad! Se da el dinero por perdido. Sin embargo, el oficial tiene una última carta guardada en la manga, una jugada sorpresa que nos deja a todos desconcertados, pero por motivos distintos en cada uno de nosotros. Se me acerca y me comenta su plan: “Mira, he pensado que voy a hacer jurar delante de la estatua de Buda al taxista. Si les ha estafado, no se atreverá a jurar, si les ha estafado, nos dirá la verdad. No puede fallar”. [caption id="" align="aligncenter" width="475" caption="Cuidado con el atuendo"][/caption] La verdad es que me da algo de vergüenza exponerles la situación a los turistas, pero lo hago buenamente sin que se me pueda escapar una suerte de mueca ante lo surrealista de la situación. El hombre se pone de de rodillas y con las manos juntas avanza hacia el pedestal con diversas figuras de carácter religioso que tenemos en la calle delante de la comisaría. Me dan ganas de grabarlo en vídeo, pero entiendo que no es el momento, hay que guardar las formas ante tamaña prueba empírica de inocencia. Hecha la prueba del algodón, el policía me mira con cara de: “Ves, lo que te decía. Esto no falla.” Bastante desconcertado, miro a las víctimas del engaño con cara de circunstancias, y me planteo de qué modo puedo explicarles los métodos policiales de investigación empleados por estos lares. Antes de que yo diga nada, adivino en sus rostros la aceptación de lo inevitable. Los dioses han hablado y ante esto, no hay apelación. Con cierta vergüenza y pidiendo perdón por el lamentable espectáculo, que parece no haberles desagradado demasiado, me despido de ellos y regreso con el agente al interior del establecimiento policial. Me siento en mi mesa y hago el pequeño reporte que hacemos habitualmente tras cada intervención. Visto esto, ya me espero cualquier cosa.   El 25 de febrero comparecen ante mí dos jóvenes coreanos algo alterados con varios papeles en sus manos. Sigo el procedimiento habitual. Mientras les digo que sí a todo, aunque no entienda nada de lo que me están diciendo, les ruego que tomen asiento y les solicito amablemente que me cuenten su historia de nuevo y despacito. Por lo visto, los pipiolos habían sido víctimas de un robo en su propia habitación. Una vez dicho esto, ya me imagino el resto de la historia, pero estoy en la obligación de escucharlos. Todo lo robado empieza por I (Ipad, Iphone, Ipod), cosa rara entre los coreanos que son súbditos de Samsung, además de una generosa cantidad de dinero en metálico. En ocasiones tengo la impresión de que Apple tiene gente repartida por el mundo para robar sus aparatos, no es normal que en el 90% de las denuncias los objetos sustraídos sean de la casa de la manzana. Por lo que me van diciendo, entiendo que una de las “chicas” insistía mucho en que bebieran, tras lo cual cayeron en un profundo sueño. Realmente se trata de una ampliación de denuncia. Traen consigo el resultado de unos análisis clínicos realizados a petición de un oficial. No soy experto forense pero entiendo bien que su tasa de benzodiacepinas en sangre, alprazolam, en concreto (Trankimazín), es muy elevado, no hasta el punto de causar la muerte, pero sí como para dejar a una persona grogui en pocos minutos y durante un largo tiempo, y si a esto le añadimos el alcohol ingerido, la cosa pasa de marrón oscuro a negro. Mientras me siguen contando su inocente historia me dan ganas de levantarme y gritarles: “¿Me estás tomando por imbécil o qué? ¿Quién coño se va a creer que te llevas a dos travelos a tu cuarto par charlar de la situación económica mundial?" . Pero no lo hago y sigo zen. Allí sigo con el semblante serio y echando un vistazo en el ordenador a ver a cuanta gente le gusta la última foto que he subido en mi facebook, todo muy profesional. No acabo de aclararme del motivo por el que quieren ampliar la denuncia con ese dato. Me aclaran que por estar algo aturdidos y por miedo no habían querido hacerlo el día anterior. Según supieron más tarde, el más jovencillo fue encontrado tirado junto al puerta de su habitación durmiendo en el suelo, la mujer de la limpieza lo metió dentro. ¿Cuando se va a enterar la gente de que NO hay que llevar a nadie a la habitación, que para eso están los hoteles por horas? Me recalcan que la bebida era de calidad y el somnífero no venía de fábrica, como si el dato fuera a ayudar algo en la investigación que no se va a llevar a cabo. Se les da las gracias por haber aportado los datos, se amplía la denuncia, y vuelta a la rutina. “Siguiente”.   La estulticia humana no tiene límites. Cuando crees que has visto al hombre más bobo de tu vida, viene otro y lo supera. Es el caso de un japonés que un buen día se presenta a denunciar a alguien. Los japoneses son tan duchos en idiomas como los españoles. Tras intentar reiteradamente que nos diga a quien nos quiere denunciar, siempre obtenemos la misma respuesta: “a una mujer”. Bien, ya podemos descartar a algo más de la mitad de la población mundial. ¿Pero qué ha pasado? le preguntamos de nuevo. “Pues ayer, le presté dinero a una mujer. Fui a un cajero, saqué dinero y se lo di a una mujer. Y ahora no me lo quiere devolver”. El problema radicaba básicamente en que no tenía ni idea de quién era esa mujer, no sabía ni como se llamaba y mucho menos sus coordenadas. Como único dato, poseía en un papel, un número de teléfono que afirmaba ser de la beneficiaria del préstamo. llamamos a dicho número, y la ciudadana tailandesa negaba conocer a dicho nipón y mucho menos haberse beneficiado del incauto turista. Era, lógicamente, la respuesta que esperábamos. Se le informa de que nada podemos hacer, y de que hasta la fecha, todavía no hay vacuna contra la tontería, que si un día hay, ya le contactaremos para que acuda urgentemente al centro médico más cercano para vacunarse de urgencia.   Una tarde de febrero, al llegar a comisaría, antes de poder sentarme en mi mesa, me llaman con cierta premura. Al fondo de una de las salas de denuncia yace en el suelo una mujer negra que gime de dolor. Imposible, por parte de los agentes, comunicarse con ella. Está consciente. Empiezo a hablar varios idiomas hasta ver con cuál reacciona. Al margen del alemán, con el que todo el mundo reacciona convulsionándose, parece que el idioma de Voltaire surte cierto efecto. ¿Qué le pasa señora? le pregunto amablemente. “Estoy muy mal de la cabeza, estoy muy mal, ay, qué mal estoy de la cabeza.” repite sin cesar en francés. Hasta ahí podía llegar yo, no hacía falta que lo dijera. Continúo con un sutil interrogotario dado que se sospecha que pueda tratarse de una mula que lleva en su interior algo más que visceras. Afirma que hace 10 días que no come, de ahí sus dolores abdominales. Se revisa su documentación y se comprueba que aterrizó en el Reino hace tres días, proveniente de Túnez. Ahora no se sabe si su “negocio” es de importación o exportación. Tiene todas sus pertenencias con ella. Se opta por derivarla a un centro hospitalario para efectuarle las pertinentes pruebas radiológicas que determinarán la situación real y el futuro de la indígena africana. Acude una ambulancia y se la lleva con todo lo que traía. Asunto concluido. Si hay algo más, ya se ocuparán otros, que aquí tenemos otros menesteres. [caption id="" align="aligncenter" width="317" caption="Inmigración le da la bienvenida"][/caption]   El famoseo muestra su cara más oculta en las comisarías. Si un personaje conocido pasa por un establecimiento policial, no suele ser por nada bueno. Éste fue el caso de un destacado rockero tailandés que tras hacer unas declaraciones poco afortunadas en las que reconocía su adicción a las drogas, pasó a ser objeto de investigación. Tailandia no es Occidente, y lo que en nuestros países es “guay” en el Reino de Siam es delito. Tras los pertinentes interrogatorios para averiguar quién se suministraba las sustancias estupefacientes, el juez dictaminó que debía ingresar en una clínica de desintoxicación. Pero el caso que nos ocupa no es realmente el de su detención y puesta a disposición judicial. Un buen día, aparece por la comisaría un “farang” (occidental) diciendo que tiene miedo, que su vida puede estar en peligro por culpa de Sek Loso (el rockero en cuestión, que parece uno de los Chichos). Afirma que es el marido de la novia de éste. ¿? No acabamos de hacer la composición de lugar, y le hacemos repetir lo que acaba de explicarnos para cerciorarnos de que hemos entendido bien lo que parece un situación algo surrealista. El occidental denuncia que recibe amenazas del amante de su mujer que resulta ser un intérprete muy famoso en el país. El caso está perdido de entrada. Farang contra thai, farang que pierde, tan cierto como el hecho de que montar un bar en Tailandia es lo mismo que tirar dinero por el retrete. Le damos consuelo al hombre porque otra cosa no podemos darle. A los pocos días, el hombre ya puede respirar tranquilo, la estrella del rock es detenida, pero no por su denuncia sino por sus inapropiadas declaraciones a la prensa de un país en el que algunos temas no deben ser mentados ni en broma.   [caption id="" align="aligncenter" width="219" caption="Apunte este número en la agenda del móvil"][/caption] La prepotencia de bastantes anglosajones se hace notar con cierta frecuencia por estos lares. Es muy habitual que los ciudadanos de países anglófonos pidan una traducción de la denuncia al inglés, un idioma que tiene en Tailandia la misma validez que el mapuche. Les cuesta entender que un idioma tan universal en muchos aspectos de la vida, no pueda ser empleado en documentos oficiales como son las denuncias policiales. Cuando aparece alguno de estos individuos, se le remite a un bufete (no buffet, como oigo en alguna ocasión, que eso es para comer) de abogados para que le solucionen la papeleta. Algunos dicen que han visto a Artur Mas pidiendo una copia en catalán, pero creo que son sólo rumores.   Los españoles somos buenos para dar la nota. No hace mucho, se presentó un ciudadano español para denunciar la pérdida de toda su documentación tailandesa (permiso de conducir, tarjetas, residencia, etc.). Cuando nos aprestamos a tomarle los datos, manifiesta que el extravío se ha producido en España. ¿Cómo quieres denunciar un hecho acaecido en España en una comisaría tailandesa a 10.000 kilómetros de distancia, criatura de Dios?   Los casos se suceden día tras día, y no ha lugar al aburrimiento. Saber thai tiene esas cosas, que te enteras algo más de los entresijos del país de las sonrisas. ¿He dicho sonrisas?

8.12.13

Consejos de seguridad en Tailandia

    Tailandia es, sin duda, el lugar soñado por muchos para pasar unas buenas vacaciones o retirarse a vivir una temporada. Sin embargo, es conveniente que los que tomen dicha decisión sepan que el paraíso terrenal no se encuentra precisamente en el antiguo reino de Siam. Se trata, a todas luces, de un país con un encanto que encandila a muchos extranjeros occidentales cada año, pero con el simple ánimo de que ese sueño no se torne en pesadilla, me veo en la obligación de aconsejar a todo el que quiera leer este texto. Los consejos son válidos tanto para turistas ocasionales como para futuros residentes.
En términos generales, se puede considerar Tailandia como un país seguro en lo que se refiere a la pequeña delincuencia que afecta más directamente al ciudadano más común. Los robos con violencia son menos frecuentes que en nuestros países, sin embargo, en este último año se ha podido observar un incremento en los robos con tirón, sobre todo en las zonas más céntricas de la ciudad y a partir de las horas en que se ha puesto el sol. El turista, por su naturaleza intrínseca, baja la guardia cuando está de vacaciones y cree ser más inmune a los robos que en su país de origen. Craso error. Los robos con fuerza a pasajeros de tuk-tuks (triciclos motorizados) se han multiplicado notablemente en estos últimos tiempos. Si uno siente la necesidad de viajar en uno de estos vehículos, es aconsejable que lleve su bolso entre los dos pasajeros con las asas fuera del alcance de cualquier motorista que pudiera pasar por su lado. En caso de viajar solo, es aconsejable que se siente encima (por incómodo que pueda resultar) a los sitúe a su espalda de modo que no pueda ser arrancado de un tirón. El año pasado, una joven española tuvo que pasar por el hospital por haberse dislocado el hombro, entre otras lesiones, por haberse resistido.  
  En el caso de las visitas a los mercados, se recomienda llevar la mochila en el pecho y la cartera en cualquiera de los bolsillos delanteros. Otro recurso muy útil es el de la riñonera fina que se puede llevar debajo de la ropa en la parte frontal del cuerpo.   Cuando hablamos de pasaportes se puede suscitar cierta polémica dado que la Ley tailandesa obliga a llevarlo siempre encima, cosa que al margen de incómoda resulta peligrosa ya que puede extraviarse en cualquier momento, y ya se pueden imaginar los trastornos que causa la pérdida de un documento de viaje. Mi consejo, EXTRAOFICIAL Y QUE NO SE AJUSTA A LA LEY, es que se haga una fotocopia en color de la página principal y de la que lleva el sello de entrada en el país, y plastificarlo todo. En España, los comercios no pueden hacer dichas fotocopias, pero en Tailandia sí. Si por cualquier motivo, la policía nos solicita la documentación, es posible que se den por satisfechos con este apaño. La multa por no ir documentado es de 2000 bahts (50€) (o lo que le da gana al policía de turno) en el mejor de los casos, y noche en el calabozo en el peor. No es cuestión de dejarse amedrentar por un uniformado que quiere sacarse un extra. No hay que ponerse agresivos porque la cosa puede empeorar, pero tampoco pagar a la primera de cambio. Un buen consejo al respecto es comunicarle al agente que se va a llamar a la policía turística (teléfono 1155) y/o a la embajada. Si por el motivo que sea, uno chapurrea tailandés, NO debe intentar comunicarse con el agente de policía en ese idioma, incluso se puede insistir en hablar sólo español, y a veces por agotamiento, desisten en su empeño.   Otro problema que surge, relacionado con el pasaporte, se suscita a la hora de alquilar algún vehículo. En NINGÚN caso se debe dejar un pasaporte como garantía de nada. Se puede ofrecer el DNI, y en caso de no aceptarlo, es aconsejable dirigirse a otro estableciemiento. Se ha dado casos de pasaportes “desaparecidos” tras haber sido dejados “en prenda”. La conducción en este país resulta bastante peligrosa, tanto por la forma anárquica de conducir de los tailandeses como por el estado de muchas carreteras. La posesión del permiso de conducir internacional es obligatoria, sin embargo, en la mayoría de los casos, los agentes de tráfico se contentan con ver el permiso de conducir del país de origen, pero, repito, no es lo que estipula la ley. En la mayoría de las ocasiones, un par de billetes de 100 bahts (unos 5 €) pueden sacarnos del entuerto si no tenemos ganas de perder el tiempo.   Tailandia es un paraíso, sí, pero un paraíso para los estafadores. Los timadores campan a sus anchas, y los turistas son sus presas favoritas, en primer lugar porque el turista es maleable por definición y en general, permanece poco tiempo en el mismo lugar, por lo que es improbable que quiera meterse en litigios legales. La venta de joyas falsas se sitúa en cabeza de las estafas más comunes. En caso de querer comprar objetos valiosos, siga los consejos de su guía o infórmese con anterioridad, por internet, por amigos, por foros, etc. de las garantías que ofrece el establecimiento al que desean acudir. En ningún caso debe dejarse aconsejar por un taxista, conductor de tuk-tuk o cualquier persona que haya conocido casualmente. En esta página web de Lonely Planet, se nos detallan las estafas más comunes. El lugar de captación de las víctimas potenciales suelen ser lso alrededores de las principales atracciones turísticas como el Templo del Buda Esmeralda (Wat Phra Kaew) o el Palacio Real. Se suelen situar cerca de uno de los portones cerrados del recinto amurallado, y desde allí informan al turista de que el lugar de visita está cerrado y que por un módico precio (20 o 30 bahts) se ofrecen a llevarlos a otro templo que sí esta abierto. El viaje al templo tiene escala en alguna joyería ful. Y por extraño que parezca, sigue habiendo gente que cae en el engaño. De hecho, el común denominador de todos los que pasan por la comisaría a denunciar el hecho, es que pronuncian la misma frase: “No entiendo cómo he podido caer en esta estafa”. Obviamente, lo perpetradores que maquinan estos delitos, no son advenedizos y saben muy bien cual es su misión.  
  Capítulo a parte merecen las drogas. Es bien sabido por todos que uno de los países en los que no se debe tener contacto alguno con el mundo de las drogas (no hay diferencias entre “blandas” y duras) es precisamente Tailandia. Se puede afirmar sin temor a equicovocarse que este país no es "Drugs friendly". No voy a entrar en el debate de si tal o cual sustancia es más adictiva y peligrosa, y es sin embargo legal, porque no es tema del artículo. Todos sabemos qué drogas no deben ser consumidas en los países en los que su consumo es duramente perseguido. No existe una cantidad para “consumo propio”, en Tailandia son más pragmáticos, o llevas o no llevas. Ante todo quiero desmentir categóricamente la leyenda urbana de la droga introducida en la maleta con el desconocimiento del propietario. No existe, nunca se ha dado el caso y es absurdo. La droga es cara, y nadie la va repartiendo por las maletas como divertimento o a título experimental. En el caso de ser embebido por el fragor de la noche tropical, y sentir uno la irrefrenable e imperiosa necesidad de comprar material para un porro, no se debe comprar a un desconocido. Más de uno pensará en que lo que acabo de decir es una obviedad, y que tal vez me creo que estoy escribiendo para tontos. No, nada más lejos de mi ánimo. La experiencia me dice que cuatro whiskies, dos chicas guapas, un país que parece el paraíso del libertinaje, llevan a cometer auténticas sandeces como comprarle droga a un policía. Quizás alguno tenga amigos o ha oído hablar de gente que ha fumado porros en Tailandia sin problema, sin duda es cierto, tan cierto como que la suerte que han tenido es comparable a un premio de lotería. También están los que llegan a fumar opio en las montañas del norte. Allá cada uno, pero sólo puedo decir que el 80% de los casos que he llevado en la comisaría estaban relacionados con las drogas.  
  La estafa de la moto de agua (jetski) está bastante extendida en las zonas turísticas, y proporciona pingües beneficios a las mafias que gestionan tales servicios y todos los que participan de la trama que montan para sacarle al incauto turista los ahorros que deberían ir destinados a pasar unas felices vacaciones. En internet se pueden encontrar diversos vídeos en los que las víctimas relatan su experiencia. El montaje consiste básicamente en hacerle pagar por unos desperfectos que no ha producido. Para evitar ser un damnificado por dicha práctica, lo más recomendable es, en primer lugar, observar cuál es el comportamiento de los empleados con los clientes, y seguidamente, tomar fotos del vehículo antes de alquilarlo. Puede parecer exagerado, pero puede ahorrar muchos disgustos. El mismo discurso es aplicable a cualquier tipo de vehículo que se quiera alquilar en el país de las sonrisas.   Por regla general, las mafias que operan en el país no afectan al turista. Distinto es el caso del extranjero que monta un negocio, en ese caso, no tardará mucho en contactar esta amable gente que le ofrece protección, claro que no sólo existe una mafia por lo que es probable que el que tiene un bar tenga que pagarle a más de una mafia. Si uno va de vacaciones, no tiene que preocuparse de estas menudencias tan típicas del país como los elefantes.  
  Otra de las fuentes de quejas y conflictos en los que se ven envueltos los turistas, básicamente primerizos, se producen en los mundialmente famosos shows eróticos (aunque yo los calificaría directamente de pornográficos) que se pueden encontrar en las zonas más visitadas por extranjeros. En las zonas tailandesas no hay porque no interesan, a los thais les pone más una mozuela cantando en un karaoke, cosa que entiendo después de haber pasado horas en los tugurios más lúgubres. El primer consejo es no acudir a dichos locales, pero voy a partir de la base de que nadie me va a hacer caso. Por ello, recomiendo vivamente no ir nunca a un local que nos indique cualquiera de los chavales que pululan a lo largo de Patpong. Otras zonas como Soi Nana o Soi Cowboy no entrañan peligro alguno, si bien no hay locales dedicados exclusivamente a ofrecer espectáculos desde que abren hasta la hora del cierre.   El problema con el que suelen encontrarse los que se aventuran por Patpong, es que a pesar de que a la entrada se nos asegura de que no hay que efectuar pagos “extras”, sólo las bebidas, a la hora de salir, la factura asciende a una suma considerable. Estos locales de mala muerte, están situados en primeros o segundos pisos y en general, al final de algún pasillo. Al estar rodeados de “cara-chinos” con aspecto de expresidiarios, las víctimas suelen acabar apoquinando los 200 o 400 euros que les reclaman. Lo suyo es no dejarse amedrentar a la primera de cambio. Sin llegar a ponerse agresivos, hay que mantenerse firmes y solicitar la presencia de la policía. En caso de que la cosa siga sin solucionarse, es aconsejable echar mano del móvil y marcar el 1155 (Tourist Police) para solicitar ayuda. Lo habitual en estos casos, es que los estafadores se echen atrás y se contenten con el pago de las consumiciones. Por supuesto que existen locales en los que no existen este tipo de extorsiones. Lo habitual es que los establecimientos “legales” estén ubicados a pie de calle, sin tener que atravesar pasadizos y escaleras. Es posible que tengan escalera, pero ésta da directamente a la calle y en general no tienen “ganchos” que quieren llevarte insistentemente al huerto.   Sólo una cosa nos puede inmunizar a todos contra los percances que se suelen producir en Tailandia: el sentido común.

6.12.13

Tú y la policía tailandesa

 

La policía es, por definición, un cuerpo de seguridad del estado destinado a proteger el orden público y salvaguardarnos de los malhechores reprimiendo en la medida de lo posible sus acciones sobre la sociedad. Esto es en términos generales, sin embargo, cada sociedad tiene sus particularidades. Aquí, nos vamos a ocupar de la policía tailandesa y cuál debe ser nuestro comportamiento frente a ésta. En Occidente, estos funcionarios velan por el orden, en Tailandia HACEN el orden.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Su atento servidor"]Munyeco policia tailandesa[/caption]



Una vez embarcados en el engranaje del sistema policial thai, se puede afirmar que una pesadilla resulta un cuento de hadas al lado de lo que viene por delante. Unas leyes diferentes que desconocemos, unos derechos que vemos en las películas pero que en la realidad thai no existen, un idioma que desconocemos y unas instalaciones propias de la edad media, hacen más que recomendable el no tener contacto alguno con la autoridad tailandesa.




En algunos foros, como en Rumbo Tailandia, me encuentro con gente confiada, muy segura de sí misma y de sus conocimientos del idioma tailandés, que afirma que hablando thai pueden salir airosos de un encuentro poco deseable con los que conocemos como MIB (Men In Brown). Craso error.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="¿Negociamos un rato?"]policia tailandesa comisaria tailandia bangkok[/caption]

Una de las formas de quitarse de encima la compañía indeseada es hablarle en un idioma que no entiende. Ante la imposibilidad de comunicación, muchos optan por la retirada. El que chapurre thai debería abstenerse de hacerse el “simpático integrado”. Al oír su idioma, al agente le da un subidón de adrenalina y empieza a preguntarse a qué se debe el conocimiento de un idioma que sólo se habla en este país. Recuerdo una anécdota que me sucedió hace un par de años. Iba yo en taxi bajando por la calle Sukhumvit cuando en un control policial que se ubica habitualmente en el cruce de Asok detuvo el vehículo y me iluminó con su antorcha y me invitó a bajar. Le dí las buenas noches y le pregunté qué deseaba. Su reacción al oír su idioma no fue pensar que yo era una persona educada al dirigirme a él en su idioma sino que me espetó un: “¿Por qué hablas tailandés?” Puse cara de sorpresa y simplemente le dije que porque trabajaba en SU comisaría. Ante la obviedad, me pidió inmediatamente perdón riéndose y me invitó a que abandonara el control. Pero situaciones como ésta no son frecuentes. El que quiera lanzarse a hablar thai con un policía debe tener la fluidez necesaria como para entablar un largo diálogo, lo que implica entender lo que te están diciendo y poder rebatirlo en caso necesario. Por lo tanto, aconsejo abstenerse de intentar entablar conversación, luego que cada uno haga lo que dictamine su conciencia.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Sus huellas, gracias"]policia tailandesa comisaria bangkok huellas dactilares[/caption]



En mi puesto en la comisaría, tengo ocasión de ser testigo de actitudes que juzgo a todas luces como impropias en un país como éste. Las frases que no deberían pronunciarse y que sin embargo oigo son: “En mi país no pasa esto” y/o “En mi país es distinto”. No olvidemos que aunque poco, algunos policías, en especial oficiales y suboficiales, entienden inglés, y oír esas frases no resulta agradable, sobre todo por el tono peyorativo en que se pronuncian. Las comparaciones entre sistemas policiales y judiciales sobran. Y en cualquier caso, pueden ser entendidas muy mal con resultados ciertamente negativos. Los que ejercemos la función de intérprete podemos cubrir hasta cierto punto, pero las actitudes no se prestan a interpretación y el agente u oficial entiende bien al margen del idioma.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Recuerdo de Tailandia"]policia tailandesa comisaria bangkok huellas[/caption]



Cada vez son más frecuentes los controles aleatorios. Tal vez el imparable crecimiento del turismo y la inmigración ilegal estén contribuyendo a ello. Es un hecho al que hay que enfrentarse y en cualquier momento podemos ser “víctimas” de uno de estos chequeos. Si no nos pillan en falta (posesión de narcóticos, estancia ilegal por caducidad de visado, etc.) conviene ser humildes pero sin llegar a rebajarse. Sin embargo, si hemos hecho algo, lo más recomendable es asumir y rebajarse, no hay otra.


Debemos tener en cuenta que en cada etapa que pasemos habrá que añadir un “0” al precio de nuestra libertad. Por ejemplo, si nos detiene la policía por altercados, robo o posesión de estupefacientes para consumo propio, se puede tal vez arreglar con 2.000 bahts, si no se arregla entonces y llegamos a la comisaría pasamos a 20.000 bahts. Si el tema sigue sin solucionarse, en el juzgado de primera instancia la tarifa llega a 200.000 bahts y así paso tras paso. Por ende, deducimos que hay que intentar a toda costa quedarnos en la primera fase. Podría compararse a un videojuego en el que cada pantalla es más complicada de superar.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Pa' dentro con todo el equipo"]policia tailandia comisaria bangkok calabozos[/caption]



Recordemos, como ejemplo de lo que NO hay que hacer, el caso de esta pareja de españoles que a mediados de este año tuvo un desencuentro con la policía tailandesa, lo que les llevó a probar en primera persona lo que son las mazmorras siamesas. En este caso, el joven no tenía mucha experiencia vital y pensaba que toda la policía del mundo es como la española, que puedes acordarte de toda su familia, escupirles a la cara y luego pedir una indemnización. No, muchacho, no. Tras causar diversos desperfectos en las dependencias policiales y agredir a un agente, se le premió con una estancia gratuita en el país de las sonrisas por tiempo indeterminado. Gracias al defensor del delincuente español en Phuket, el juez le permitió salir bajo fianza y fijó el juicio para el 17 de septiembre, a sabiendas de que la parejita iba a coger el primer avión que pudieran para poner tierra entre ellos y Tailandia. Y así fue. Obviamente, el juez sabía bien que nunca iban a ingresar en una cárcel tailandesa, pero al no tratarse de delitos relacionados con las drogas, son más benevolentes y prefieren que el estado tailandés no corra con los gastos de manutención de elementos indeseables. En estos detalles podría fijarse el gobierno español a la hora de hacer recortes. Teniendo en cuenta que de la población penitenciaria en España, el 40% son extranjeros, pues todo eso que se ahorraría el país.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Horarios de visita"]polica tailandesa comisaria horarios visita bangkok tailandia[/caption]



Mucha gente no es consciente del nivel de poder que tiene la policía tailandesa. No es casualidad que ninguna mafia del mundo, por poderosa que sea, haya podido instalarse en el país. En el mejor de las casos, las mafias rusas, iraníes, nigerianas, etc. operan como franquicias y deben responder siempre ante algún tailandés. Recuerdo que hace unos años, la mafia rusa campaba a sus anchas por el soi 3 de Sukhumvit. Allí sólo había mujeres de rubia melena buscando clientes árabes que frecuentan la zona. Un día, de la noche a la mañana, las mujeres habían desaparecido. Según me dijeron, vino un autobús de la policía y las embarcó a todas.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="¿Vienes mucho por aquí?"]policia tailandesa comisaria calbozos carcel tailandia bangkok[/caption]

 

 

Y como siempre recomiendo para estos casos, lo más pertinente es llamar a la Policía Turística al número 1155 o si el caso es lo suficientemente grave, se puede recurrir al servicio de atención urgente prestado por la Embajada de España en Tailandia marcando el número 081 868 7507, donde la persona encargada en ese momento os indicará la forma de proceder que considere más adecuada. Recalco que este número no es para consultas varias sino para casos de urgencia. También podéis vuestras dudas en el foro de los españoles en Tailandia: Rumbo Tailandia. Y entre todos intentaremos responder a las cuestiones que planteéis en relación a vuestra conducta con la policía thai u otros temas que consideréis oportunos exponer.




[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Buenas noches tengan ustedes"]comisaria bangkok tailandia[/caption]



La probabilidad más alta de que os topéis con los MIB es a los mandos de un vehículo. Conviene por ello tener preparado junto a la documentación del vehículo la suma de 400 bahts (10 €) que facilitarán el tránsito igual que si te tomaras un Activia.




Sólo me queda desearos que vuestra estancia en Tailandia sea lo más apacible posible y que los únicos momentos en que estéis cerca de un agente de la autoridad sea a la entrada y a la salida del país en el control de pasaportes.