En el caso que nos ocupa hoy, el mezquino y salvaaje asesinato de Davida Bernat por parte de Artur Segarra, ningún taialndés ponía en duda que sería condenado a la penaa máxima, y así ha sido. PENA DE MUERTE. Pero en este país no se aplica desde hace casi una decena de años porque para formar parte de los países "civilizados" se considera que no se debe.
Pero estoy seguro que en más de una ocasión habrá preferido la muerte a estar de por vida en Bang Khwang. Por cierto, los tatuaajes no le han protegido de nada.