17.3.15

¿Cuán segura es Tailandia en estos momentos?


Para quién no quiera leerse el artículo, responderé con un ambiguo "depende". Un descenso de casi más de un 7% en la cifra de turistas que han visitado Tailandia este año muestra claramente una pérdida de confianza de los viajeros que temen por su integridad, cosa que no es de extrañar a tenor de los sucesos acaecidos en los últimos años.

La prensa nos habla de la presión policial



Nuestra integridad física es lo primero que nos preocupa a la hora de alejarnos de nuestros hogares. La convulsión política que sufre Tailandia, desde hace ya unos años, no ha contribuido a la promoción turística precisamente, sino más bien todo lo contrario.
El enésimo golpe de estado producido el pasado 22 de mayo devolvió, por lo menos de cara al exterior, una imagen de paz que no ha bastado para remontar las cifras de visitantes.
Para los Tailandeses, una dictadura es sinónimo de paz y tranquilidad. La pérdida de libertades, no es nada nuevo dado que incluso en tiempos de "plena democracia", dichas libertades están limitadas. Se podría decir que la democracia que se vive en Tailandia en tiempos "normales" es lo que Franco llamaba en España "democracia orgánica".

                                      A sus órdenes



Podemos afirmar que, muy al contrario de lo que piensan las autoridades tailandesas, ver un batallón de soldados y varias unidades policiales asentadas permanentemente en el lugar más concurrido por los turistas, no resulta nada tranquilizador.
Lo cierto es que las ansias de hacer las cosas bien, han conducido a algunos miembros del gobierno a sugerir "ideas de bombero", como la que expuso recientemente la Ministra de Turismo y Deportes, poner a cada turista una pulsera con un código de barras, o sistema similar, para tenerlo localizado en todo momento (le faltó añadir que también era de gran utilidad a la hora de identificar el cadáver). Sólo le faltaba proponerle poner a los turistas una pulsera como la que se pone a los presos en libertad condicional.

                      Viñeta aparecida en el Bangkok Post sobre la realidad en Tailandia
                         "Viñeta aparecida en el Bangkok Post sobre la realidad en Tailandia"


Con operaciones relámpago, el nuevo gobierno quiso cambiar la imagen y la seguridad en la costa, en los municipios turísticos más conocidos. Los resultados han sido modestos porque los timos y estafas a turistas siguen igual, véase estafas en motos acuáticas, utilización de playas con criterios muy particulares dictados por los agentes de la ley y/o los militares de turno.

                    Testimonio
                                                  "Testimonio"


No vamos a negar que los delitos contra los turistas han aumentado. No vamos a hablar de los asesinatos de la pareja de koh Tao que son ya un extremo no muy habitual o de los atípicos "suicidios" de hombres con pareja tailandesa, pero sí es cierto que los robos con violencia han crecido en la misma medida que ha aumentado el turismo y los problemas económicos del país, junto a la entrada masiva de inmigrantes ilegales de los países vecinos. Si hace cinco años era extraño recibir una denuncia por un tirón de bolso, ahora ya es rutina y se produce cada vez con mayor frecuencia a pesar de que la policía intenta poner los medios necesarios para atajar el problema con una mayor presencia y mediante campañas de sensibilización, algo que entra en conflicto con las campañas publicitaria sobre el país de la sonrisa. Llama la atención que las víctimas sean siempre indefensos turistas que después de un día de compras, deciden volver al hotel en tuk tuk. Nuestra recomendación es clara: no vaya usted en tuk tuk si lleva un bolso o cualquier objeto susceptible de ser sustraído violentamente.

                    cuidado tuktuk



Recientemente, una lectora de uno de los foros sobre españoles en Tailandia, que existen en la red de redes, ponía de manifiesto su sorpresa y alarma por haber sido testigo de un tiroteo entre bandas al más puro estilo Chicago años 20. Se preguntaba si era algo normal. Pues sí, la lucha armada entre escuelas profesionales (Formación Profesional) se remonta a la noche de los tiempos, ni los protagonistas saben por qué pelean. Al haber una persecución institucionalizada de las organizaciones de las organizaciones políticas, es de suponer que la agresividad propia de los tailandeses se canalizó por las escuelas. "Te mato porque soy de la escuela X y tu eres de la Y". Sin embargo no está el problema entre los que se matan, allá ellos, sino en los que se llevan por delante en sus absurdas luchas. Muchas han sido las balas perdidas que han segado la vida de inocentes ciudadanos que tras una larga jornada de trabajo volvían a casa, o que se podrían haber llevado por delante la vida de la joven española cuya culpa era haber ido a visitar las ruinas de la antigua ciudad de Ayutthaya.

[caption id="" align="aligncenter" width="253" caption="Cuidado en el metro"]Cuidado con el metro[/caption]



Algunos me dicen: "Pues yo he estado en Tailandia y no he visto a nadie con armas".
Efectivamente, sagaz amigo, los tailandeses no acostumbran a llevar las pistolas en el cinto como si estuvieran en Michigan 1880. Ni a mis compañeros de paisano en la comisaría se la veo (la pistola). Además, lo frecuente es llevarla en el coche debajo del asiento. Por este motivo, en muchas ocasiones, cuando se produce un crimen con arma de fuego, el culpable desaparece de la escena unos minutos antes de cometer el crimen, luego vuelve, y sin mediar palabra efectúa los disparos con total frialdad. A más de uno he conocido que lleva por costumbre un arma de fuego bajo el asiento del conductor. "Por seguridad, por seguridad", me dice. ¿Seguridad de qué? ¿Qué pasa aquí que nadie nos cuenta?
La violencia es un fenómeno que va asociado indefectiblemente a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Algunos acaban mal como nos cuenta el libro, no seas uno de ellos."]mendigo Bangkok[/caption]



Curiosamente, los que opinan que Tailandia no es peligrosa son grandes expertos en foros de internet y lo que les une a este país es una nong y los 30 días (máximo) al año que se reparte entre Pattaya, Patong Beach y la casa de los suegros en Isarn. En realidad son expertos portavoces de sus parejas tailandesas.

Mi experiencia es más prosaica, no está revestida de un halo místico o de romanticismo. Piso el terreno y recibo testimonios de víctimas en primera persona.En este texto, me ceñiré a casos que implican a españoles. A pesar de que representan una parte ínfima del turismo, excepto para Frank y uno de estos expertos de los foros de internet para quienes España es el segundo país emisor de turistas hacia Tailandia (realmente está cerca de la vigésima posición en Europa), los españoles son también víctimas de actos delictivos.



[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="No acabes tocando la guitarra por haberte quedado sin nada"]mendigo Bangkok[/caption]

Recuerdo el caso de una chica que, como muchos turistas, viajaba alegremente en tuktuk por la ciudad de los ángeles. De repente una moto a toda velocidad pasó por su lado tratando de arrancarle el bolso. Ella se resistió y acabó ingresada en un hospital con el hombro dislocado y todo tipo de magulladuras.
Una suerte similar corrió una española residente en Bangkok que tras una larga jornada de trabajo decidió regresar en metro hasta su casa en el distrito de Petchburi. A pocos metros de la salida de la estación, en plena calle a las 10 de la noche, un grupo de cuatro jóvenes la tiraban al suelo y le daban una paliza para robarle el bolso. No se contentaron con quitarle sus pertenencias sino que se ensañaron con ella.



[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Cuidado por las noches"]Cuidado por la noche[/caption]

Hace un par de semanas, entrando en la comisaría, me encontré con una mujer española que estaba con su hija de pocos años. Residían en un hotel de la calle Silom. Según sus palabras, regresando de una excursión del río Chao Phraya, caminando por la calle, se les aproximó una motocicleta con dos jóvenes en su lomo que a toda velocidad le arrancó el bolso, llevándose todas sus pertenencias allí contenidas.

Violencia extrema en un centro comercial from Herr Peter on Vimeo.

Hace un par de semanas, un amigo español me relataba cómo hablando por teléfono por la calle, una calle concurrida, dos jóvenes se acercaron, también en moto, e intentaron, porque no lo consiguieron, arrebatarle el teléfono por el que estaba hablando. Detuvieron la moto, no se sabe si para rematar la faena o esperar a la reacción del español. Éste, algo imprudente, se enfrentó a ellos yendo hacia la moto con cara amenazante, cosa que puede hacer alguien que mide 1,90 junto a estos elementos que apenas llegan al 1,60. Efectivamente, se asustaron y emprendieron la huída.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Avisos por todos lados para estar prevenidos"]bolso noche[/caption]





Al que quiera sentirse tranquilo en Tailandia, le doy la enhorabuena, pero yo me fío de los autóctonos, y si me dicen que hay que andarse con cuatro ojos, sigo su consejo. No quiero formar parte del coro que forman los del: "Pues a mí nunca me había pasado", "Pero si este país es la mar de tranquilo", "Mira que he estado en los peores países del mundo y nada". Los tailandeses cierran sus casas a cal y canto cuando se pone el sol en las zonas rurales con rejas y contraventanas, al margen de tener todos armas en casa. En las ciudades, lo más apreciado en un condo, y lo primero que preguntan a la hora de efectuar una compra venta es por la seguridad, por el número de guardias, las cámaras de vigilancia, las barreras y la seguridad en general. Será porque algo pasa, digo yo.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="La ciudad está sembrada de avisos"]avisos por la ciudad[/caption]



Nada más lejos de mi ánimo que alarmar a los lectores, prueba de ello es que puedo decirles que las zonas más seguras de Tailandia son las frecuentadas por turistas extranjeros. Las vigila tanto la mafia uniformada con la de paisano. Hay gente que piensa que los índices más altos de delincuencia se dan en lugares concretos, “esos sitios donde vais los turistas sexuales” he leído en alguna parte. Sin embargo, es precisamente al contrario. No he visto calles más controladas que éstas iluminadas con neones de colores, todos los implicados en el negocio se preocupan de que ningún cliente/visitante sufra percance alguno y pueda ofrecer un relato agradable sobre la zona cuando regrese a su casa. Son las llamadas “Safety Zone”, un programa impulsado por el Ministerio del Interior y que cuenta con la colaboración de varios sectores de la sociedad en aras de una máxima protección del turista. No quiero decir con ello que para sentirse seguro hay que irse de putas ... pero casi.
La violencia más extrema se da en lugares a los que difícilmente tiene acceso un turista por muy mochilero y aventurero que sea.

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="La literatura sobre la cara B de Tailandia va en aumento"]Deadly thailand[/caption]



Los últimos casos de homicidio entre tailandeses han sido entre gente que salva vidas. Me explico. Las ambulancias públicas en Tailandia no existen o las tienen muy escondidas. Por ello, se forman asociaciones de voluntarios benévolos que se ocupan de la gente en caso de accidente. Como todo grupo superior a dos personas en Tailandia, son una mafia. ¿Y qué pasa por estos lares cuando uno pisa el territorio del otro? Pues que acaba oliendo a pólvora y sangre. En menos de un mes, diversos grupos se han enfrentado en dos ocasiones con el resultado de dos muertos. Por lo menos, no tuvieron que llamar a la ambulancia. Hay que aclarar que estos benévolos son recompensados por los hospitales y funerarias por cada fiambre que les llevan, de ahí la rivalidad, la velocidad con la que conducen no es es por el ansia de ayudar o salvar una vida, no nos engañemos; eso del altruismo, el budismo, la solidaridad, el espíritu del lejano oriente, etc. Son palabrería para llenar libros y hacer soñar a la gente para que crean que a 10.000 kilómetros de su casa el mundo no está podrido y la gente sonríe las 24 horas.

Cuando prepare su maleta para venirse aquí, no se olvide de su arma más importante: el sentido común.